Esta semana la lata de chopped nos ha dado más contenido que alguno de los supervivientes de esta edición, como por ejemplo Lidia, la última expulsada.
Por fin mi dardo hizo diana y el geranio de la isla volvió a su ventana.
Me alegré muchísimo de que Carlos permaneciera en su hogar; y que finalmente no abandonara el palafito. Me parece correcto que la organización penalice las constantes ilegalidades del presentador, pero también me divierte cuando se salta las normas porque caminar sobre la delgada línea roja forma parte de su irritante personalidad y por otro lado si no lo hiciera acabaría mustio como Jonathan.